Pimientos verdes asados rellenos

Hola de nuevo una semana más. Estos días he estado menos operativo por culpa de un doble motivo: La sobrecarga de trabajo y la dichosa gripe. En fin, espero que lo primero disminuya un poco y que lo segundo pase rápido porque estar con fiebre y la nariz húmeda constantemente es un verdadero rollo…

Batallitas a parte, vamos con una recetita la mar de resultona y bien sencilla de preparar. Lo cierto es que yo la hice porque me regalaron un montón de pimientos verdes de esos de “directamente de la huerta” y decidí hacer algo interesante con ellos.

Vamos con la receta: Pimientos verdes asados rellenos

Ingredientes: (Para 2 personas)

6 pimientos verdes
Sal
Un chorrito de aceite de oliva virgen
6 Cucharadas de aceite de oliva
40 gramos de mantequilla
2 Cucharadas de cebolla picada muy fina
2 Cucharadas de taquitos de jamón picaditos
50 gramos de carne picada
1/2 litro de leche a temperatura ambiente
50 gramos de harina
Salsa de tomate (Tomate frito casero o de bote)
Queso tipo Cheddar que funda bien rallado

Elaboración:

Lo primero es asar los pimientos. Para ello, precalentamos el horno a 200ºC, limpiamos con agua los pimientos y, sin secarlos, los ponemos en una bandeja de horno, sazonamos con sal y ponemos un chorrito de aceite.

Horneamos durante unos 20 minutos o hasta que estén bien asados. Los retiramos de la bandeja y los dejamos enfriar ya que luego debemos manipularlos con las manos y no queremos quemarnos.

Mientras se asan los pimientos y esperamos a que se enfríen, vamos preparando el relleno.

El relleno lo elaboramos de la siguiente manera: Ponemos una sartén a calentar con las cucharadas de aceite y cuando esté caliente sofreímos la cebolla. Cuando comience a transparentar, sofreímos el jamón y a continuación la carne picada. Cuando todo esté bien sofrito, incorporamos la mantequilla y cuando se derrita añadimos la harina la cual removeremos sin parar para que se cueza un poco. Vamos añadiendo la leche poco a poco hasta tener lista una bechamel.

Ahora viene la parte más delicada del plato (que tampoco es para tanto). Hay que tomar los pimientos uno a uno y con ayuda de un cuchillo quitarles la parte de arriba (el rabito) y las pepitas con cuidado de que no se rompa.

Después, con la ayuda de una cucharilla, rellenamos los pimientos bien cargaditos y los ponemos en una cazuela de barro o una bandeja que podamos hornear.

Cubrimos los pimientos con un poco de la salsa de tomate (si es casero saldrá mejor claro está) y por último añadimos encima el queso rallado.

Gratinamos el queso en el horno y… ¡listo! ¡A disfrutarlos!.


Buenos señores y señoras, eso es todo por hoy. Os dejo hasta otro ratito. Besos para ellas y abrazos para ellos,

Papi

Panacotta de melocotón

Hola de nuevo tras una semana de ausencia. Lo cierto es que últimamente estoy saturado de trabajo y cuando llega el fin de semana lo último que me apetece es ponerme delante del ordenador...

Ahora bien, también es cierto que tengo un compromiso personal con el blog y con los que me seguís (que sois cada vez más) y debo dedicar un ratín a contaros alguna recetilla.

Esta noche, os propongo un postre súper sencillo que precisa tan sólo de 3 ingredientes y que sale muy resultón para lo simple que es. Lo mejor es que se tarda 5 minutos en prepararlo y, eso sí, tras dejarlo enfriar unas horas está listo para disfrutarlo.

Vamos a ello: PANACOTTA DE MELOCOTÓN

Ingredientes: (Para 5 unidades)

125 ml de agua
1 Paquete de gelatina de sabor melocotón
1 Bote de 500 ml de leche evaporada

Elaboración:

Este plato no tiene ningún misterio. Bueno, tiene uno: si tratas de usar otros sabores de gelatina distintos al melocotón no sale porque la leche evaporada de corta. Es curioso pero ocurre. Así que seguid la receta con gelatina de melocotón y no otra.

Dicho esto, vamos con los pasos. Los paquetes de gelatina de sabores para preparar normalmente te dicen que fundas el contenido en 250 ml de agua hirviendo y luego añadas otros 250 ml de agua fría. Pues bien, en vez de hacer esto lo que haremos será lo siguiente:

Hervimos 125 ml de agua y cuando esté en ebullición, deshacemos el contenido del paquete de gelatina y retiramos del fuego cuando esté bien disuelto.

Ahora añadimos la leche evaporada y revolvemos bien. Servimos en flaneras o recipientes que puedan desmoldarse y se deja enfriar a temperatura ambiente por 1 hora. Luego refrigeramos en la nevera por, al menos, 4 horas.

A la hora de servir, calentamos levemente con agua caliente los bordes del molde y servimos en un plato decorado con un poco de menta fresca picada (opcional).

Y ¡listo!, súper sencillo y súper rico.

Ale, amigos y amigas. Como siempre os digo: Besos para ellas y abrazos para ellos. Nos vemos,

Papi